jueves

Para que el bebé deje de llorar


Cuando el bebé estalla en llanto, no es necesario que ambos progenitores corran a calmarlo. Es recomendable, incluso, que el padre que en ese momento esté más cansado o nervioso se mantenga al margen. Sólo así podrá recuperar fuerzas.

A muchas madres, al estar más compenetradas con el bebé que los padres, les cuesta dejar vía libre al hombre y no entrometerse. Ellas conocen todos los trucos y rituales eficaces para estos casos y se impacientan al ver la inexperiencia o poca maña de un padre. No obstante, es precisamente algo nuevo, la voz, el olor distinto de la piel, sus manos más fuertes, lo que resulta más eficaz. En ocasiones, la novedad despierta la innata curiosidad del bebé y éste deja de llorar para averiguar de quién se trata.

Para ellos es muy importante recibir una respuesta inmediata a su llanto. Los reconforta que les hablemos afectuosamente con frases como: “Ya está bien, ya está bien…” o “Aquí está mamá…”. Si no tenemos fuerzas para hablar con él, podemos canturrear. La cuestión es que el bebé vea que nuestra boca está relajada (según los psicólogos infantiles es fundamental despegar los labios aunque no salga ninguna palabra por la boca). Si estamos muy tensos y apretamos los labios, él lo percibe y la tormenta empeora.

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