Cada día me preguntaba si tendría suficiente dinero para gasolina o comida. Cada mes me preocupaba no poder pagar los servicios, el auto o la tarjeta de crédito que nos ayudaba cuando no había dinero suficiente. Y cada año, alrededor de la mitad de noviembre, comenzaba a sentir ansiedad por la obligación de los regalos deNavidad. Sabía que no sería capaz de darle a mi hija todo lo que ella deseaba, que no era mucho cuando era chica, pero nuestra cultura de las fiestas demanda gastar hasta el último centavo en regalos, y cuando los centavos se acaban, está la tarjeta plástica que lo hace todo posible.
Como muchos padres, amaba las mañanas de Navidad, cuando mi hija salía de su cama, despertándome cuando aún estaba oscuro, preguntándose si había llegado Santa Claus. Quería que todo fuera perfecto, algo que parecía imposible para mi pobre presupuesto.
Para combatir a la ansiedad y culpa por algo que era imposible, me enfoqué en lo que sí podía controlar. Las siguientes son ideas y sugerencias que me dieron otras mamás que me ayudaron a hacer de la Navidad mi fiesta favorita del año, sin tener que sentir ansiedad, culpa y sin hacerme de una deuda insuperable.
Conserva la Navidad
El mejor antídoto contra el consumismo de la Navidad con el que nos bombardean, es la Navidad por sí misma. Cada año mi familia celebra el regalo más grande de todos, Jesús –un regalo de sacrificio desinteresado lleno de amor y esperanza. Leemos, cantamos y vemos su historia juntos. Los únicos regalos palpables venían de los Reyes Magos, quienes le ofrecieron todo lo que tenían como agradecimiento y tributo. Cuando esa historia te reconforta, un iPod parece cualquier cosa.
Pero claro, somos humanos, y parte de la Navidad es la cultura de los regalos. Así que a menos que quisiera eliminar esa parte por completo, tenía que ponerme creativa. Y lo hacía, compartiendo.
Comparte la lista
Tengo la bendición de tener una familia grande y amigos maravilloso que aman a mi hija y me ayudan a criarla. Todos ellos son mi gente y muchas veces me preguntan qué es lo que mi hija quiere para Navidad. Aquí es cuando saco la lista y les digo qué es lo que ella quiere. Sus abuelos suelen pedir comprar las cosas más caras. Por supuesto, accedo. No quiero ocupar todo mi crédito. Mucho de él se va con Santa.
Comunícate con el papá
Hay ex esposos que son cooperativos. Si este es el caso, discute qué regalos quieren tus hijos, quién comprará qué y cómo se los darán a los niños. ¿Por qué comprar dos cosas iguales? Ni tu hijo lo necesita así ni hay nadie que pueda costearlo. Trabajen juntos. Esto hará que sea una mejor Navidad.
Sé honesta
Entre más crece mi hija, más honesta y realista puedo ser con ella cuando se trata de dinero. Y aunque no necesitamos abrumarlos con nuestros problemas financiero, es importante enseñarles el límite del dinero. Creamos un presupuesto y ella debe priorizar. ¿Quería un regalo grande o varios pequeños? Ella puede decir lo que realmente quiere y yo puedo dárselo, aunque ella sigue agradeciéndole a Santa, mientras se sienta junto a mí con una gran sonrisa.
Entre más crece mi hija, más se concentra en dar regalos que en recibirlos. La veo disfrutar el darle algo a alguien y alegrarle el día. Es algo hermoso. La Navidad se ha convertido en una oportunidad para enseñarle lo que realmente es importante y cómo enfocarse más en ello.
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