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Ahorrar en la cocina


Es uno de los apartados donde más se puede ahorrar, solo con aplicar recetas de toda la vida. Entre otras, al cocinar, el esfuerzo que supone hacerlo para cuatro personas es similar al trabajo para diez. Es cierto que se tienen que trocear o pelar más alimentos, pero el tiempo que se tarda en asarlos o cocerlos es similar. Por tanto, preparar los alimentos, comer una parte y congelar el resto puede ser un acierto, puesto que la comida ya cocinada dura más tiempo en la nevera.

Comprar productos de temporada y congelarlos.

Son más baratos y se pueden consumir después, cuando su precio haya subido. Esta práctica es muy útil en Navidad, con determinados alimentos muy demandados.

Convertir un producto ya cocinado en otro es uno de los trucos más utilizados para ahorrar.

Las croquetas son un plato estrella, ya que casi cualquier alimento, cocinado o crudo, se puede convertir en su ingrediente principal. Del mismo modo, es posible usar los productos que no se han consumido para hacer sopas, ensaladas, empanadillas, e incluso, postres. No es necesario comer varios días lo mismo. Con un poco de imaginación, las sobras se convierten en comidas muy apetecibles.

Respecto a la fruta sobrante, se puede aprovechar para hacer mermeladas y confituras, que duran más tiempo.
foto ahorrarentelefonia.com
via consumer.es

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