jueves

La llamada “arsenic hour” y cómo vencerla



La primera vez que escuché mencionar la "arsenic hour" fue en boca de una mamá canadiense que con ese término se refería a aquel momento del día en que el multitasking doméstico alcanza su punto más difícil y pone a prueba la paciencia de todos en casa. 


Generalmente, es esa hora o dos horas previas a la cena y la rutina para poner al niño a dormir. ¿Te suena familiar? Aquí algunas imágenes: El peque empieza a frotarse los ojos, quiere que le prestes total atención, está cansado pero a la vez quiere jugar y pide todo tipo de snacks, aun cuando ya falta poco para que todos coman. Mientras tanto, mamá y papá, con mucha menos energía que al inicio del día, tratan de organizar la cena tras una larga jornada en la que todavía está pendiente:

1) el baño del niño; 2) leerle cuentos; 3) lograr que concilie el sueño; 4) revisar la correspondencia; 5) lavar los platos; 6) pagar cuentas; 7) doblar ropa en la lavandería, entre otros tantos deberes que dependen de cómo sea la rutina en tu hogar.

La llamada "arsenic hour" varía de casa en casa y según sea la etapa de desarrollo en que se encuentra un hijo (un bebé tiene necesidades y horarios distintos a los de un kindergartener), pero lo que no cambia, es el gran estrés que ese periodo del día puede generar, si es que la familia no tiene estrategias para hacerle frente. El comienzo del año es ideal para evaluar qué podemos hacer cómo mamás, de modo que los malabares domésticos no arrasen con la salud, el buen humor y la armonía que ansiamos en casa. Aquí algunas sugerencias:

Planifica el menú familiar: así no te enfrentarás a un refrigerador vacío o lleno de alimentos que no combinan, mientras todos están hambrientos y cansados. Si puedes preparar algunos platos con anticipación y congelarlos para la semana, mejor aún.

Cuenta con actividades o materiales para que el niño se entretenga mientras preparas la cena y organizas la parte final del día: rompecabezas, crayolas, papel en blanco, revistas con imágenes para recortar, stickers, entre otros, son recursos que ayudan a que el niño mantenga buena diposición y no caiga presa del aburrimiento, el hambre ni el cansancio.

Provee al niño de líquidos y snacks nutritivos durante la tarde.

Define prioridades: la hora de dormir de los hijos, sobretodo si es que deben levantarse temprano, es muy importante. Respeta los horarios establecidos de cena y rutina nocturna y no pierdas concentración contestando mensajes telefónicos o emails que no son urgentes.

Conecta y provee atención genuina: al llegar a casa o tras un largo día de labores bríndale a tus hijos atención y conversa sobre su día, sus tareas, sus actividades. Si funcionas como un robot, ejecutando tareas sin comunicarte, incrementas la tensión y haces poco por la armonía familiar

El uso excesivo de la TV es negativo a todas luces pero permitir que el niño vea programas apropiados mientras tu cocinas es un recurso útil para aliviar impaciencia y cansancio.

Trabaja en equipo: involucra a tu pareja (y progresivamente al peque) en la planificación y ejecución de una estrategia frente a la llamada arsenic hour. La familia entera te lo agradecerá.

Paola Cairo es una periodista que nació y creció en el Perú. Actualmente vive en Texas con su familia. Para conocerla más visita su blog Con Ojos de Mamá.

via Blog de Ser Padres 

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