Los chupetes pueden calmar a los bebés agitados, pero algunos expertos -incluyendo los de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- desalientan el uso del chupete en los primeros seis meses de vida debido a las preocupaciones de que pueden interferir con la lactancia materna, considerada como la mejor manera de alimentar a un recién nacido.
Una nueva investigación, sin embargo, pone en duda la noción de que el uso del chupete altere la lactancia materna. En un análisis de los patrones de alimentación entre los 2.249 recién nacidos en una maternidad sola durante un período de 15 meses, los investigadores encontraron que la proporción de niños que fueron alimentados exclusivamente con leche materna se redujo del 79% al 68% después de que el uso del chupete fue restringido en la sala.
Mientras tanto, la proporción de niños que necesitaban la fórmula, además de la lactancia materna aumentó de 18% a 28% después del cambio en la política, de acuerdo con los resultados preliminares del estudio.
A los investigadores les sorprendió, incluso decepcionó, ver que lasexclusivas tasas de lactancia materna bajaron y la alimentación complementaria con fórmula subió.
La sabiduría convencional es que el uso del chupete crea “confusión de pezón” en los recién nacidos.
La teoría es que los bebés succionan el pezón de su madre de manera diferente a lo que lo hacen con un biberón o un chupete, y pueden tener dificultades para agarrarse a la madre si se les pone en demasiada exposición a los pezones artificiales.
via blogdefarmacia.com
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