Habrás notado que durante todo el embarazo, se te recomendó no pasar demasiadas horas sin alimentarte, para que el futuro bebé, no tenga problemas de falta de glucosa y no le falten nutrientes a lo largo de todo el día.
Al momento de ir a la maternidad, porque crees que llego la hora de que nacerá tu bebé, éstas reglas cambian. Ese momento llega, cuando aparecen contracciones constantes y duraderas, se rompe la bolsa de las aguas, se despide el tapón mucoso, y hay algo de sangrado.
Es recomendable entonces, que si tienes éstos síntomas y se sospecha que el bebé nacerá de un momento a otro, no se debe comer ni beber nada. Al llegar al hospital el personal decidirá si debemos esperar y quedarnos internadas antes de ingresar a la sala de partos y allí se nos dirá si podemos consumir algún alimento.
Una vez que la futura mamá entró en trabajo de parto se pueden ingerir pequeñas cantidades de agua, pero por lo general no se permite comer, ni consumir ningún tipo de alimento, ésto se debe a una simple precaución, si bien no se han demostrado inconvenientes al comer, antes de dar a luz y durante el período de dilatación, se recomienda no consumir alimentos, para evitar vómitos en caso que el parto no llegue a términos naturalmente y haya que proceder a una cesárea.
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